¿Alguna vez habéis estado mucho tiempo fuera en algún sitio/juego y cuando volvéis todo ha cambiado drasticamente y está echo una mierda? Bien pues eso me ha pasado a mí al volver a escribir en este puto blog. PERO QUE PUTA MIERDA DE INTERFAZ LE HAN PUESTO A ESTA PUTISIMA MIERDA HOSTIA PUTA ME CAGO EN LA VIRGEN Y ME SOBRA MIERDA PARA LOS APÓSTOLES.
Una foto vale más que mil palabras:
¿En serio, qué cáncer es esto?
Así es. Todos los bloggers que llevan un tiempo en esto, deben estar súper decepcionados con la puta nueva interfaz de los huevos, que puede empezar a comérmelos.
Yo, que estaba muy emocionado por volver a escribir, veo esa interfaz, y vomité, me tuvieron que ingresar al hospital porque de poco me ahogo con los vómitos. Encima parece más fácil pero no, es más difícil y yo me pierdo, no sé que coño hacer, a los que han creado esto, deben morir pero ya. Si alguien sabe como volver a la antigua interfaz, que contacte conmigo.
En fin vayamos al tema de hoy, las consolas de nueva generación.
No hace mucho tiempo atrás, entre los años 80-90 salió lo que se puede nombrar la primera generación de consolas (realmente la primera generación de consolas fue en los años 50, pero consolas comercializables que empezaba a tener todo el mundo y cada vez más gente fue durante esos años). Tantas consolas entrañables en ese tiempo, como la NES, la sega, famicom, atari 7800, consolas que, muchos niños recordarán haber pasado lindos momentos de su vida jugando en ellas, con amigos o sin, la diversión estaba asegurada.
Después empezaron a salir la nintendo 64, sega saturn, o incluso la play station 1. Esas consolas dieron un ¡BOOM! en el mercado de los videojuegos, y es que probablemente, si no hubieran existido ahora, nada de lo que tenemos actualmente estaría aquí, o al menos, de esta forma. ¿Quién no ha jugado al Ocarina of Time de la n64, o a algún Final Fantasy de la Play Station? Todo lo que tenemos ahora se lo debemos clarisimamente a todas esas antiguas amigas, que ahora, están olvidadas.
Un niño desgraciadamente, va a preferir una Play Station 3 o una Xbox 360 con el Call of Duty, a una Nintendo 64 con el Ocarina of time. ¿Y cual es el secreto de todo esto? Gráficos, jugabilidad y dificultad. Un niño no va a querer jugar a un juego con tantos píxeles como el Ocarina of Time, además de que su dificultad era increíble, no como un Call of Duty que aprietas 1 botón y ya has matado a todo el equipo.
Entonces me pregunto yo... hagamos un cambio, pongamos el Ocarina of Time en la Play Station 3, con gráficos nuevos, jugabilidad y dificultad, y el Call of Duty en una Nintendo 64 con todo lo que tenia un juego antiguamente, ¿Cuál será la reacción del niño? ¿Qué escogería? La respuesta es muy fácil, el Ocarina of Time, ¿Por qué? Porque el niño está jugando en una Play Station 3, ahora mismo el juego no vale una mierda para él, lo que le importa es en que consola esté jugando. Desgraciadamente, todo esto, es muy cierto, una persona ahora mismo se va a decantar más por lo físico que por la calidad de un juego. "Pero Ruizo estás comparando dos juegos que no tienen nada que ver." ¿Ah sí? Pues imagínate que ahora sacan el Call of Duty Black Ops 2 para Play Station 3 y para Nintendo 64 (cada uno con sus distintas características, todo adecuado a la consola) el de la Play Station 3, cuesta 70€ y el de la Nintendo 64 30€ (imaginando que tiene hasta online). Ventas en Play Station 3 = 10 millones, ventas en Nintendo 64 = 0, claro, porque la Play Station 3 tiene gráficos HD, sonido ultra mega hiper HDDDDDD, jugabilidad super dúper pepinillo HHHDDDDHHDHDHDH, pagar un poco más va a ser mejor. Pues no, los dos son la misma mierda. Y así va a seguir siendo durante toda la historia, las nuevas generaciones van a abandonar a las antiguas, cada vez los juegos serán más horribles pero claro, tienen mejores gráficos y de todo pues ya es must buy.
Podría hablar muchísimo sobre este tema pero me da mucha pereza escribir más/pensar y quiero jugar al League of Legends.
Si teneis alguna opinión o cualquier cosa hacermela llegar por e-mail: ruizoblog@gmail.com
¡Hasta otra!
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